¿HIJOS DE TLÁLOC O VÍCTIMAS DEL OLVIDO?

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¿HIJOS DE TLÁLOC O VÍCTIMAS DEL OLVIDO?

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    Lluvias torrenciales

    En la Ciudad de México (CDMX), la capital del país ha experimentado lluvias torrenciales durante este 2025. Aunque en redes sociales abundan los comentarios humorísticos que nos llaman “hijos de Tláloc” y bromean con que el dios mexica busca recuperar sus lagos perdidos, este año más de uno se cuestionó si realmente queremos formar parte de ese plan.

    El pasado 31 de julio se registró la mayor precipitación pluvial en los últimos 43 años: casi 38 millones de metros cúbicos de agua inundaron diversas zonas del centro de la capital. Para dimensionar la magnitud, esta cantidad equivale a llenar 60 veces el Estadio Azteca. Un mes antes, el 2 de junio, en tan solo 5 horas cayeron 10.2 millones de metros cúbicos (Mendoza, 2025), suficientes para llenar 10 veces el mismo estadio.

    Hidrología de la CDMX

    No es novedad que la cuenca donde se construyó la ciudad estaba originalmente cubierta por agua; lo que quizá sorprenda es que este sistema se conformaba por cinco lagos principales: Texcoco, Zumpango, Xaltocan, Xochimilco y Chalco. Durante la temporada de lluvias, estos cuerpos se unían y se percibían como un solo gran lago.

    Esto nos recuerda que, con una precipitación promedio anual de 1,058 mm y sus características topográficas, el valle naturalmente propicia la formación de cuerpos de agua. Hoy, en ese mismo territorio habitan más de 9 millones de personas.

    Sistema de drenaje

    Las inundaciones no son un fenómeno exclusivo de la actualidad. Existen registros de ellas desde el año 1449 (Pacheco,2021)​, cuando la ciudad aún era mexica. Como estrategia para solucionar esto se desarrolló un plan de desagüe que comenzó a mediados del siglo XVII y concluyó hasta principios del siglo XX.

    Desafortunadamente, la visión de ese sistema fue lineal: se privilegió expulsar el agua en lugar de aprovecharla. Además, se mezclaron aguas residuales con aguas pluviales, perdiendo la oportunidad de gestionar el recurso de manera sostenible.

    Afectaciones a la ciudadanía

    Con un drenaje centenario, carente de mantenimiento suficiente y con fallas en su infraestructura, la ciudad difícilmente puede evitar inundaciones y encharcamientos. El azolve, producto de la acción humana, agrava aún más la situación.

    Entre las afectaciones más importantes registradas esta temporada de lluvias fueron

    • Inundación de la línea A del metro
    • Desbordamiento del viaducto Río de la Piedad
    • Desbordamiento de la Presa Becerra
    • Inundaciones en vialidades como Insurgentes, Periférico, Viaducto Miguel Alemán, entre otras.
    • Millones de trabajadores que hicieron más horas de regreso a casa
    • Viviendas inundadas, sobre todo en colonias populares.

    Estrategias de gestión

    El problema de las inundaciones en la CDMX no se resolverá de la noche a la mañana, y mantener el mismo modelo de gestión hídrica solo agravará la crisis.

    Desalojar semejante cantidad de agua mientras la región sufre un estrés hídrico —el sistema Cutzamala tiene un déficit de 37% (Flores, 2025) — es, cuanto menos, una estrategia poco inteligente. ¿Qué ocurriría si se buscara almacenar y aprovechar tanto las lluvias extremas como las ordinarias?

    Actualmente, la Ley del Derecho al Acceso al Agua y el Reglamento de Construcciones del Distrito Federal exigen que toda nueva edificación con área de captación en azotea mayor a 200 m² cuente con un sistema de cosecha pluvial. Sin embargo, la pregunta es: ¿Qué pasa con el resto de la ciudad ya construida? La verdadera recolección debe implementarse a escala urbana.

    Diversos estudios advierten que estos eventos se repetirán, no solo en la CDMX sino en muchas ciudades del mundo, como consecuencia de los cambios de temperatura global. Ante ello, se proponen las siguientes líneas de acción:

    • Uso de parques inundables y tratamiento del agua almacenada: además de recuperar terrenos baldíos, estos espacios pueden convertirse en reservas estratégicas de agua.
    • Diseños urbanos innovadores para frenar escorrentías: urge incentivar propuestas que reduzcan la velocidad de escurrimiento en calles con pendiente, mitigando daños.
    • Inversión en infraestructura hidráulica circular: aunque es un desafío monumental, representa la única vía para evitar un colapso urbano en el futuro cercano.
    • Promoción del análisis hidrológico para toda obra dentro de la ciudad, así como se solicita para obtención de Licencias de Construcción una Declaratoria de Cumplimiento Ambiental , un análisis hidrológico obligatorio ayudaría a disminuir daños a inmuebles y al aprovechamiento de demasías año con año.

    ¿Condena de colapso u oportunidad de innovar?

    El problema hídrico de la CDMX no se resolverá repitiendo la estrategia de desagüe iniciada hace 400 años. Existen miles de ideas esperando ser escuchadas, pero se requiere voluntad política e inversión para llevarlas a cabo.

    Si se aprovecha la oportunidad, la ciudad podría convertirse en un referente global de innovación y resiliencia, al nivel de Seúl o Bilbao. Podría ser el ejemplo de una metrópoli que evitó el colapso reconciliándose con la naturaleza.

    La CDMX necesita replantear su relación con el agua: no como un enemigo que debe expulsar, sino como un recurso que, bien gestionado, puede convertirse en parte de la solución.

    Bibliografía

    ​​Mendoza, L. H. (17 de 25 de 2025). UNAM Global.unam.mz. Obtenido de UNAM Global Revista: https://unamglobal.unam.mx/global_revista/lluvias-intensas-cdmx-causas-y-recomendaciones/

    ​Pacheco, S. M. (2021). La caída de Tenochtitlán y la posconquista ambiental de la cuenca y ciudad de México. Ciudad de México: Publicaciones y fomento editorial, Instituto de Investigaciones Históricas.