LECCIONES CLAVE DE BIOCLIMÁTICA, BIBLIOTECA DE PODGORICA

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LECCIONES CLAVE DE BIOCLIMÁTICA, BIBLIOTECA DE PODGORICA

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    Architecture as Landscape

    El equipo de Taller Híbrido participó en el International Competition for the Central University Library in Podgorica, Montenegro, en colaboración con un equipo multidisciplinario liderado por el arquitecto José Muñoz Villers. El proyecto, titulado “Architecture as Landscape”, obtuvo el segundo lugar en la competencia, destacando por su enfoque integral y sensible al contexto.

    Como parte del equipo, Taller Híbrido fue responsable del desarrollo de los análisis: bioclimático, de eficiencia energética, de gestión hídrica, de iluminación natural y del ciclo de vida de los materiales. Estos estudios fueron fundamentales para sustentar las decisiones de diseño y garantizar una propuesta arquitectónica coherente con los principios de sostenibilidad y resiliencia ambiental.

    Este artículo forma parte de una serie que tiene como objetivo compartir los principales resultados obtenidos durante el desarrollo del proyecto, así como reflexionar sobre los aprendizajes y metodologías aplicadas en el proceso de diseño.

    Lo obvio de la sostenibilidad

    Cuando pensamos en edificios sostenibles, lo primero que pensamos son: paneles solares, energía eólica o la implementación de aislamiento. Sin embargo, es imperativo pensar en el diseño bioclimático y este requiere estrategias que van más allá del uso de tecnología. Lo interesante es que las estrategias más efectivas no siempre son las más obvias.

    En el caso estudio del análisis bioclimático de la Biblioteca de Podgorica, donde el verano suele ser muy caluroso (hasta casi 40°C) y el invierno es frío y lluvioso (cerca a los 0°C), se verán tres lecciones que pueden lograr que realmente un edificio sea cómodo y eficiente.

    Una buena envolvente no es la única solución

    La envolvente del edificio —muros, techos y ventanas— es la primera barrera frente al clima. En este caso, comparamos dos escenarios: uno base, con concreto y acristalamiento simple, y otro mejorado, con losas de madera y vidrios ajustados según la orientación.

    La primera sorpresa del estudio se obtuvo al analizar el verano. En la planta baja, un espacio muy abierto, la envolvente mejorada tuvo poco impacto e incluso generó ligeras variaciones térmicas. Pero el hallazgo más importante fue sobre el acristalamiento: aunque el doble vidrio ayuda a estabilizar la temperatura, puede atrapar calor si no se combina con ventilación natural o HVAC. Este tipo de vidrio reduce el intercambio térmico en ambas direcciones, por lo que en invierno conserva el calor interior, pero en verano puede impedir que escape durante la noche.

    En cambio, su desempeño en invierno fue notable. En los niveles superiores, la envolvente mejorada mantuvo el interior hasta 4 °C más cálido que el caso base, mostrando que su mayor fortaleza está en la retención de calor durante los meses fríos.

    La ventilación natural es un gran aliado para el confort

    Si la envolvente fue una pieza importante pero limitada, la ventilación natural resultó ser la estrategia clave. A diferencia del papel estático que tiene la envolvente del edificio, esta estrategia es dinámica: mueve el aire, elimina el exceso de calor y transforma el ambiente interior de forma directa.

    En verano, su efecto fue contundente. Al activar la ventilación natural, la temperatura operativa se redujo hasta 7 °C en los dos niveles, superando ampliamente cualquier otra medida pasiva. El principio es simple y eficiente: el aire fresco entra por las ventanas inferiores, mientras que el “efecto chimenea” generado por los domos superiores expulsa el aire caliente acumulado.

    Incluso en invierno mostró ventajas. Aunque suele pensarse que ventilar en esa temporada es contraproducente, el análisis demostró lo contrario: una ventilación puntual en los niveles superiores ayudó a bajar el sobrecalentamiento de 26 °C a 22 °C, mejorando el confort y reduciendo la necesidad de sistemas mecánicos.

    Por eso es importante contar con aberturas operables para permitir la adaptación del edificio a las necesidades de confort que el usuario va necesitando de acuerdo con las condiciones climáticas.

    El sombreado no es sólo para bloquear el calor

    Solemos pensar que los elementos de sombreado —como parasoles o lamas— existen solo para mantener un edificio fresco. Pero el análisis de la biblioteca también demostró otra cosa.

    En términos térmicos, su impacto fue limitado: el gran volumen interior diluye el efecto de los parasoles sobre la temperatura general. Su verdadera función era mucho más específica. Los parasoles estaban diseñados para reducir el deslumbramiento en zonas puntuales, sobre todo en las fachadas este por la mañana y oeste por la tarde.

    El estudio de luz natural lo confirmó, mostrando que su papel principal no era bajar la temperatura, sino mejorar el confort visual en momentos críticos del día. Esto nos dejó una lección importante: las estrategias bioclimáticas más efectivas no son genéricas, sino precisas. Aquí, el objetivo pudiera parecer que era “enfriar el edificio”, cuando en realidad fue “evitar el deslumbramiento para quienes trabajan junto a la fachada oeste”.

    Conclusión: un ecosistema de estrategias

    Las lecciones de la Biblioteca de Podgorica desmontan varios mitos y dejan una idea clara: el diseño sostenible no se trata de aplicar soluciones aisladas, sino de crear un ecosistema donde cada estrategia se conecta con las demás.

    La envolvente, por sí sola, tiene un efecto limitado si no cuenta con “pulmones” que la ayuden a respirar. La ventilación natural son los pulmones como el motor principal del confort. Y el sombreado, lejos de ser solo una barrera térmica, actúa como un sistema sensible que responde a necesidades específicas como el deslumbramiento.

    En conjunto, estas estrategias hacen que el edificio sea más adaptable y resiliente, demostrando que la arquitectura más inteligente no lucha contra la naturaleza, sino que colabora con ella.

    La próxima vez que entres a un edificio contemporáneo, tal vez notes esas fuerzas invisibles —el flujo del aire, la luz, la sombra— que trabajan silenciosamente para tu confort.